La Vagancia de Descartes
A muchos nos gusta dormir hasta tarde, levantarnos recién después de mirar el techo por largos minutos, cambiar varias veces de posición mientras pensamos en cualquier cosa sin mucha importancia. Por alguna razón esto se considera algo poco productivo, un acto de pereza (que es ni más ni menos que uno de los pecados capitales).
Pocas personas saben que, desde un "acto de pereza" como este, desde la comodidad de una cama y, para colmo, bien tarde a la mañana, se dió uno de los pasos más grandes en las ciencias exactas de nuestra historia. O al menos eso dice el mito...
En el siglo XVII un joven filósofo se negaba a levantarse de la cama. Se había quedado siguiendo la trayectoria de una mosca que se paseaba erráticamente por todo el techo de su pequeña habitación en Francia. Después de perderla y volverla a encontrar varias veces, se percató de que podría describir exáctamente su posición en un momento dado usando la distancia a cada una de las dos paredes. En cada momento, la mosca estaba a una determinada distancia de la pared A y a otra determinada distancia de la pared B, más aún, no había otro punto del techo que estuviera a esas mismas distancias de las paredes A y B.
Este filósofo se llamaba René Descartes.
Apresuradamente, empezó a escribir sus pensamientos y pronto se dió cuenta de que podía generalizar el concepto de las dos paredes A y B con dos "ejes" perpendiculares. De esta manera, usando la "distancia" a cada eje se podía ubicar cualquier punto de un plano de manera sencilla y rápida. Sólo era cuestión de escribir entre paréntesis primero la distancia al eje y, y luego la distancia al eje x. Por último se ponía un "-" para diferenciar de qué lado del eje se encontraba el punto.
Algunos puntos en el plano usando el eje x y el eje y. |
Tiempo después, esta forma de ubicar puntos en un plano se llamó "coordenadas cartesianas". Resulta quizas curioso que se llamen coordenadas cartesianas y no coordenadas descartesianas o algo parecido. Esto se debe a que en aquella época era común que los académicos latinizaran sus nombres, o sea que los transformaran a latín para tener un aire más pomposo. El de René Descartes era Renatus Cartesius y de ahí el nombre de las coordenadas cartesianas.
Una vez más, un gran avance en la ciencia se dió desde una situación poco académica. Desde el fondo de la cama de un filósofo-matemático Francés, se empezó a cultivar lo que tiempo después pasaría a llamarse geometría analítica. Desde las ideas de un hombre que brotaron mientras ejercía la antigüa profesión de la vagancia... o al menos eso dice el mito.